Abandono cronológico

Hoy empecé mi tercer festival de cine. Mucho tiempo libre y en silencio y el cantábrico haciendo frente como compañero. Recuerdos, recuerdos, recuerdos... Así que decidí llamar a las musas. No se cuáles acudieron en mi auxilio, pero el resultado ha sido este.
(La foto está sacada el domingo en un curro que tuve que hacer en el Peine del Viento. Chula...¿eh?)

En ocasiones
miro al pasado
y no me parece haber avanzado tanto

no quedan muy lejos los tiempos
en los que el ilustrado profesor
nos preparaba para el futuro
obligándos enérgicamente a recitar
los entresijos del camino oscuro
del pretérito imperfecto del verbo amar

tiempos de encerado y compañeros
del juego de la inocencia y los tebeos
en los que la consecuencia era lo de menos

reparto de cromos, sabrosos almuerzos
y rincones oscuros para mendigar algún beso
de una niña que nos espabilaba
con sus fríos labios, su retórica barata
con su dulce gesto, su repaso de anatomía humana

ahora me detengo a fumar
a contemplar
                         a descansar
                                                  a buscar
aquella inocencia desbordante
aquellas huidas hacia adelante

hoy me abandono a mi suerte
rellenando mi cuaderno de despropósitos
con rotulador gordo de imprecisiones
con lápiz fino de precauciones
con un compendio de erroneas actuaciones
y una peligrosa adicción en los pulmones

los castigos fueron vanos
imprecisos correctivos de conductas instintivas
pero no asemejan la lección
de la ética, los principios y la hipocresía

porque me abandonas y sonríes
consultas este momento en la guía
para aconsejar lo que no estás dispuesta
a ir aplicando paulatinamente a tu vida

y tirito como un niño asustado
en la búsqueda de una salida
en medio de la tormenta
de palabras sobrantes
de carias errantes
y botellas vacías.