sábado, 5 de enero de 2008

Dos coplas [Luis Ramiro]

Los bancos de un parque esconden historias de todo tipo. Cuántas parejas se han despedido para siempre en uno de ellos, cuántos niños se han dado su primer beso escudados en ellos, cuántos amigos han reconocido pequeñas traiciones (las grandes nunca se reconocen, no se por qué), cuántos de nuestros mayores han relatado allí sus épicas historias a sus nietos o a cualquier interlocutor casual... Y ahí quería llegar yo: nuestros mayores y sus historias, las antiguas y las actuales, los grandes protagonistas de los bancos. Hoy os dejo esta historia de Luis Ramiro que nos demuestra que nunca es tarde para amar. Vaya como homenaje a nuestros pequeños "grandes héroes" y su derecho a ver tratadas sus historias con el mismo rigor y ternura que las de cualquiera de nosotros.






ENTZUN
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Manuel, dicen que estuvo en la cárcel por rojo,
mozo viejo, setenta y pocos,
gastó sus años en los peldaños de su portería, llevando una vida
entre fantasmas de amigos perdidos del barrio,
recuerdos de un tiempo lejano
y unas cuantas mentiras...

Antonia, viuda, dos hijas y un alma tranquila,
se han llenado de arrugas sus ojos
entre costura, calceta y las tardes en la cocina,
y este invierno ¡qué frío! se van pal cielo,
si les sale barato y los dos sin pensar en futuros lejanos
se van pal mar, con poca ropa y la ilusión en las maletas...

Esa noche en el hotel hay fiesta, verbena,
luces rojas,"usted se llama Manuel y yo Antonia,
cuénteme su historia que vale la pena"

"y si bailas conmigo, morena, se me quitan las penas
que tengo en el alma..."


Y en Benidorm cuando llegan las 12
se oye el 'Reloj no marques las horas',
"tú agárrate y no te sueltes, cariño,
que a esta vida le quedan dos coplas
y yo quiero bailarlas contigo..."

"y que se mueran de envidia las olas del mar..."
"que si lloro es de felicidad de tenerte aquí al lado,
y volver a encender las hogueras de nuestros pecados..."


De vuelta "Madrid no es tan frío"
le cuenta en un banco del Retiro,
"me río yo de los que dicen que ya no es edad para amar... ¡mira tú!"
Y Antonia le mira con ojos rendidos y no dice nada...
los meses que pasan, las tardes contigo,
quién fuera a imaginar que el destino
un día de lluvia se llevó a nuestra Antonia,
y al entierro las hijas, los yernos, el barrio entero,
y Manuel, callado, mirando p'al cielo...
me dijeron que no pasó de ese invierno,
que contaba que se iba con ella
a bailar una copla en las nubes,
que es allí donde no importa el tiempo...

Y en Benidorm...

Y ahora yo cuando llegan las 12
y escucho el 'Reloj no marques las horas'
te pido que vengas conmigo,
que a esta vida le quedan dos coplas
y yo quiero bailarlas contigo,
y que recuerdes la historia de Antonia y Manuel.

Y ahora tú cuando llegan las 12
escucha el 'Reloj no marques las horas'
agárrate fuerte contra sus brazos,
que a esta vida le quedan dos coplas
y no dejes que pase de largo el amor
ni te quedes mirando...


Y en Benidorm...

2 comentarios:

lunallena dijo...

Bonita canción. Saludos, compañero "bloggero"

;¬)

Toño

Anónimo dijo...

bonita canción y mejor entradilla tuya sobre los bancos.


¡siempre me han gustado!